Esta noche pensaba escribir una entrada para describirme, en especial para escribir sobre mi personalidad, más que sobre mi físico. Pero luego me dio mucha flojera porque no sabía cómo empezar, aunque tengo la idea en mi cabeza.
Así que sólo diré que lo soy todo: llevo conmigo la esperanza y la desesperanza, la alegría y la tristeza, el odio, el desprecio, el coraje, la felicidad, el llanto, la risa, la ira y la desesperación, llevo conmigo miedos y un costal de ilusiones, la racionalidad, el impulso, la honestidad y un poquito de mentiras, la vergüenza, el orgullo, el enojo y el agradecimiento, la aceptación y el rechazo, la nobleza y el resentimiento y claro también el amor.
Soy una persona completa, que durante mucho tiempo intenté ser mejor y eliminar de mi persona todo aquello que consideraba que no era bueno ni bien visto: desde la gordura, una carrera profesional, hasta el hecho de ser demasiado enojona y quejumbrosa. Intenté quitar todo eso en mí, lo rechazaba y sufría mucho por no ser perfecta. A todo esto le puedo añadir mis múltiples equivocaciones y tropiezos a lo largo de mis casi 28 años, que me han hecho sentirme muy culpable y fastidiada por ser quien soy y por la vida que había vivido.
Hasta que poco a poco me he ido dando cuenta que tengo todo este montón de cosas que a veces calificamos de negativas y que tememos mostrar por temor a ser juzgados, rechazados o que no nos amen, o al menos, así lo era para mi. Poco a poco ha dejado de irme importando todo eso, ya no me importa cambiarlo, creo que está bien. No ha sido fácil y sé que aún me falta mucho para estar en paz siendo como soy y habiendo vivido lo que ya viví y que no me ha gustado.
Al día de hoy me veo ya no como esa persona completamente inmaculada, cual si de vestiduras blancas se tratará, toda perfecta la muchachita; ahora me veo como alguien que ha ido teniendo heridas a lo largo del camino, con unas partes que están algo desgastadas, que tiene llagas en los pies porque el camino le ha cansado, pero todo esto le ocurre a todo mundo, porque todos hemos entrado al ring de la vida y es inevitable no salir con las ropas desgastadas.
Hoy por hoy lo que me interesa es tratar de decirme, "ey está bien", no importa qué o por qué esté pasando y amarme cada que pueda, porque no es algo que ocurra nomás por decirlo, requiere de estar todo el tiempo tratándote bien a ti misma y yo a veces a la primera ya me estoy maltratando con un pensamiento que no tiene nada que ver con el amor a uno mismo.
Y aunque por todos lados leo y escucho que te ames y ames a los demás, al día de hoy no tengo energía para hacer lo último. Ahorita sólo me quedan ganas, fuerza y energía para amarme a mi, porque tengo casi toda mi vida sin hacerlo y en cuanto a los demás, pues al menos espero no dañarlos ni lastimarlos, aunque no me interesa amarlos, al menos no de momento.
Pues sí, soy todo y llevo todo el universo dentro de mí, así como tú que ahora me lees.