Hoy por la tarde cuando venía del ejercicio, tuve uno de esos momentos en que uno por fin se enfrenta a sus verdades, en lugar de estarse diciendo cosas para evadirlas porque temes sufrir.
Desde que él y yo terminamos, he tenido más miedo que nada al futuro, aún cuando ya llevo casi tres años de ese temido futuro.
Y el por qué de mi miedo se debe a que yo tenía mucho miedo precisamente de este futuro, no quería que sucediera e intenté hacer malabares para evitarlo. Sin embargo pasó justo lo que no quería, porque mi realidad no es lo que yo hubiera decidido, sino algo distinto, de otra manea a estas alturas yo seguramente ya estaría planeando mi boda con él y pensando si el blanco se vería bien en la sala de nuestro futuro hogar.
Por eso es que me da miedo el futuro: porque no quisiera terminar viviendo una realidad que no decidí, como mi realidad actual. Porque me traiga una vida que yo no decidí vivir y que simplemente termine viviendo algo que yo no decidí, que vino a mí y ya, sin que yo realmente lo deseara.
Por eso me he sentido tan frustrada, tan perdida, tan llena de miedo y tan sin saber qué puedo hacer o si realmete puedo hacer algo.
Creo que paso mis días tratando de evitar que no suceda todo lo que no quiero que suceda, en lugar de propiciar que pase lo que anhelo que pase.
Con esto que me pasó hoy también me pude dar cuenta que no me hace sentir bien que me quieran imponer algo, llámese un historia de amor con alguien y creo que eso mismo es lo que quieren otras personas, que no les impongan su voluntad.
Un espacio creado para que mi corazón se exprese. Aquí les comparto lo que a veces en el "mundo real" uno no tiene la oportunidad de darlo a conocer.
jueves, 25 de febrero de 2016
martes, 9 de febrero de 2016
Mejor que un TE AMO
Creo que lo más bonito que le puedes decir a la persona que amas, no es precisamente un te amo. Lo más bonito es decirle "HAZ LO QUE QUIERAS", porque eso implica que lo amas sin importar lo que decida, que no intentarás cambiarlo, que lo aceptas tal y como es y sobretodo, que es libre para ser como quiera ser.
Y aun mejor que decírselo, es llevarlo a los hechos, quizás no le dices esa bonita frase, pero lo sientes en tu corazón y tus acciones son basadas en ello, porque sabes que esa libertad de tu parte, hace que la persona se sienta libre y eso conlleva a la felicidad, van de la mano y cuando amas, quieres verlo feliz.
Entonces sientes todo eso dentro de ti y la persona puede o no estar presente en tu vida o estarlo pero no como tu pareja, pero aun así, le dices desde tu corazón un haz lo que quieras, te dejo libre. Y no porque esa persona requiera de tu permiso, sino porque te das cuenta, que entonces tú, has aprendido a amar, más allá de las circunstancias.
domingo, 7 de febrero de 2016
Hoy por la mañana veía en facebook una foto de una maquillista a la que sigo. Su foto era de una novia que estaba maquillando, hoy domingo por la mañana. Ella se veía tan bien en una bata como de seda blanca, alistándose para ese gran día. Después vi otra foto de una compañera de la carrera, ella esta embarazada y en la foto tenía su panza descubierta y le habían dibujado un ángel con el nombre que le pondrán a su hijo, junto a esa foto había otra en la que celebrara 9 años de relación con su ahora esposo.
Y yo me quedé pensando, cuándo, yo, N, tendría ese domingo en que se despertaría para alistarse para el gran día o tendría la bendición de llevar una vida dentro de mí. Porque parece que para algunas personas, esas cosas parecen ser tan sencillas de ocurrir, algo natural y yo, en mi caso lo he tenido tan complicado.
Creo en otra ocasión ya haber escrito algo similar a lo que estoy por escribir. Es que llega un momento en que uno mira para atrás y uno ya se siente cansado.
Yo estoy enfadada ya, cansada de luchar y a mis casi treinta años, darme cuenta que nada de lo que he soñado, ha permanecido, ni siquiera el tiempo suficiente para sentir que lo tuve, al menos por un buen y largo tiempo.
Ni mi familia unida, ni la mejor carrera que me brindara unn futuro brillante, ni el trabajo estable y bien remunerado, ni el hombre del que estoy enamorada, ni la familia hermosa que pasea los fines de semana, Eso era lo único que quería para mi vida y eso es precisamente por lo que he luchado durante tanto años, lo que me movía a poner un pie fuera de la cama todas las mañanas y eso precisamente, es todo lo que no he conseguido. Solo veo pasar como otros lo logran y yo no.
Y ya me cansé. Siento como si estuviera en una lucha constante contra la vida que ocurre fuera de mi, contra todas esas cirscunstancias, contra puertas que se me cierran cuando yo quisiera que estuvierean abiertas, siempre con tanto esfuerzo, con tan lucha, con tanto desgaste emocional interno, para que al final todo quede en nada. Todo el tiempo sintiendo que tengo que demostrarle a la vida que me lo merezco, que de verdad me he esforzado, que soy buena, que lo haré bien, que ahora sí superé mis traumas y algunos de mis miedos, que ya por favor, ya me lo merezco, que ya ha pasado mucho tiempo. Pero no, la respuesta no es a mi favor, el veredicto del jurado no es el que esperaba.
Así que hoy, por medio de este escrito, quiero decirle a esa vida que está afuera de mi, a esas circunstancias entre las que vivo, a esa especie de medio ambiente en el que estoy, quiero decirle que, de corazón, me rindo. Me rindo pero no me siento derrotada, simplemente ya no quiero luchar contra la vida, ya no tengo energía para ello. Puede quedarsse con todo eso que yo quiero vivir, ya no importa, mientras tenga ya por fin un poco de paz en mi corazón. Es cansado después de tantos años, seguir viviendo en la incertidumbre de si llegará por fin el día que tanto anhelo, ese en el que todo cambié y entonces sí, la vida por fin me diga que sí. Y ahora aunque sé que la incertidumbre siempre nos acompaña, ya no me interesa mucho si la vida me da algo o no, al final las situaciones son como a la vida bien le da su gana, y luego te quita todo, así que, qué más da.
Esto también es para mí una lección de humildad, no es fácil decirle a la vida de afuera, está bien tú ganas, quédate con todo eso. Se necesita humildad para aceptar el triunfo del otro, pero hoy por hoy no me importa, si puedo con eso, llegar a tener un poco de tranquilidad en mi interior, al fin que no puedo cambiar lo que sucede en mi exterior.
Y yo me quedé pensando, cuándo, yo, N, tendría ese domingo en que se despertaría para alistarse para el gran día o tendría la bendición de llevar una vida dentro de mí. Porque parece que para algunas personas, esas cosas parecen ser tan sencillas de ocurrir, algo natural y yo, en mi caso lo he tenido tan complicado.
Creo en otra ocasión ya haber escrito algo similar a lo que estoy por escribir. Es que llega un momento en que uno mira para atrás y uno ya se siente cansado.
Yo estoy enfadada ya, cansada de luchar y a mis casi treinta años, darme cuenta que nada de lo que he soñado, ha permanecido, ni siquiera el tiempo suficiente para sentir que lo tuve, al menos por un buen y largo tiempo.
Ni mi familia unida, ni la mejor carrera que me brindara unn futuro brillante, ni el trabajo estable y bien remunerado, ni el hombre del que estoy enamorada, ni la familia hermosa que pasea los fines de semana, Eso era lo único que quería para mi vida y eso es precisamente por lo que he luchado durante tanto años, lo que me movía a poner un pie fuera de la cama todas las mañanas y eso precisamente, es todo lo que no he conseguido. Solo veo pasar como otros lo logran y yo no.
Y ya me cansé. Siento como si estuviera en una lucha constante contra la vida que ocurre fuera de mi, contra todas esas cirscunstancias, contra puertas que se me cierran cuando yo quisiera que estuvierean abiertas, siempre con tanto esfuerzo, con tan lucha, con tanto desgaste emocional interno, para que al final todo quede en nada. Todo el tiempo sintiendo que tengo que demostrarle a la vida que me lo merezco, que de verdad me he esforzado, que soy buena, que lo haré bien, que ahora sí superé mis traumas y algunos de mis miedos, que ya por favor, ya me lo merezco, que ya ha pasado mucho tiempo. Pero no, la respuesta no es a mi favor, el veredicto del jurado no es el que esperaba.
Así que hoy, por medio de este escrito, quiero decirle a esa vida que está afuera de mi, a esas circunstancias entre las que vivo, a esa especie de medio ambiente en el que estoy, quiero decirle que, de corazón, me rindo. Me rindo pero no me siento derrotada, simplemente ya no quiero luchar contra la vida, ya no tengo energía para ello. Puede quedarsse con todo eso que yo quiero vivir, ya no importa, mientras tenga ya por fin un poco de paz en mi corazón. Es cansado después de tantos años, seguir viviendo en la incertidumbre de si llegará por fin el día que tanto anhelo, ese en el que todo cambié y entonces sí, la vida por fin me diga que sí. Y ahora aunque sé que la incertidumbre siempre nos acompaña, ya no me interesa mucho si la vida me da algo o no, al final las situaciones son como a la vida bien le da su gana, y luego te quita todo, así que, qué más da.
Esto también es para mí una lección de humildad, no es fácil decirle a la vida de afuera, está bien tú ganas, quédate con todo eso. Se necesita humildad para aceptar el triunfo del otro, pero hoy por hoy no me importa, si puedo con eso, llegar a tener un poco de tranquilidad en mi interior, al fin que no puedo cambiar lo que sucede en mi exterior.
viernes, 5 de febrero de 2016
He buscado por tantos lugares y manera, buscando eso, que no sé cómo llamerle, pero que hará que mi vida sea completamente diferente, la magia que cambiará mi vida y entonces ya no habrá más problemas y todo estará bien por fin. Pero me canso de buscar, no sé donde reencontrarme con eso que siento que me hace falta, que no me deja vivir plena y feliz, como si siempre faltara una pieza para que todo encaje. Y ahora sieno que entre más busco, más perdida me siento.
Quisiera ya no desear nada de lo que deseo para no sufrir, pero no puedo evitarlo.
Quisiera ya no desear nada de lo que deseo para no sufrir, pero no puedo evitarlo.
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