miércoles, 25 de febrero de 2015

¿Realmente has comido una uva?



Vas sintiendo cómo tus muelas trituran esa forma redonda de color violeta intenso y su jugo es exprimido por ellas, pasa debajo de tu lengua, moja toda tu boca, se siente el terciopelo de su piel junto con la textura acolchonada de su carne. Pasa a través del esófago y te deja un sabor astringente en los músculos de tus mejillas. Y si para esto tienes de fondo el concierto Primavera de Vivaldi, bueno… se vuelve una experiencia religiosa. Si además les digo que estás consumiendo cantidades importantes de resveratrol, el cual previene ciertos tipos de cáncer, seguro que nos sacudimos la flojera y vamos por unos racimos al mercado.

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