Tenía la idea de que mis padres, por el hecho de serlo, me amaban. Y sigo creyendo que es así, es sólo que el hecho de que ellos sean quienes me dieron vida y que vengo de una parte de cada uno de ellos, no significa que ya sean superpoderosos.
A lo que me refiero, es que el hecho de ser padre, no te convierte en una persona que sabe amar a sus hijos. No digo que no lo hagan, claro que lo hacen, pero muchas veces no saben cómo hacerlo.
El otro día estábamos en la misma habitación mi mamá y yo, cada una en sus ondas, hacía un calor insoportable y creo que en parte por eso, había varios mosquitos rondandonos. De repente mi mamá me dice que los mosquitos se deberían de ir para conmigo y picarme a mi. Me quede filosofando sobre esa frase y le pregunte tranquilamente que por qué deberían picarme, a lo que me respondió que era porque a ella ya le habían picado bastante.
A lo que voy con esto, es que cuando amas, a ti mismo y de la misma manera a los otros, no tienes una preferencia porque un zancudo le pique a esa otra persona y no a ti, no deseas que ese zancudo le pique a la otra persona y mucho menos cuando a ti ya te ha picado y te ha dado comenzón o cierta incomodidad. Con esto no pretendo ponerme toda dramática y decir que mi madre no me ama, es sólo que simplemente comprendí que no era consciente de lo que decía. Quizá puede parecer un acto muy simple, pues un mosquito a los más que te hace es una simple comezón en la piel, pero me refiero al hecho de ser egoísta, cuando podemos buscar el bien común y poner un aromatizante para que se vayan los zancudos y así no le pican ni a ella ni a mi.
Más recientemente la lección vino de parte de mi papá: hace unos días me molesté con él, le dije algunas cosas, pero creo yo todo con tranquilidad y me fui a mi casa, en esto no quiero hablar de los detalles. Al día después fue mi cumpleaños, y no me llamó, ni una felicitación, ni un nada. Me quedé tranquila, pues no me arrepiento de lo que le dije y no creo que lo hubiera ofendido, simplemente le decía sobre algunos cambios que debería hacer en su vida, para que tenga salud. Una semana después le llamé, pues sé que si yo no lo hago, él no lo iba a hacer. En su llamada me dijo varias cosas, algunas me hicieron sentir mal, sabe darme donde más me duele: ahora entiendo por qué estás sola, porque nunca vas a tener amigos, nunca vas a tener a un novio que te aguante y otras palabras más.
No me interesó ponerme a discuitr con él sobre estas cosas y otras más que me dijo. Tampoco me interesa si tiene razón él o si la tengo yo, solamente lo escuchaba y es que como dicen, a veces es mejor tener paz que tener razón.
Y aquí a lo que me refiero es que si bien mis rollos mentales pues son míos, cómo y por qúe los tengo no es punto ahorita. Es sólo que creo que un padre que te sabe amar, deja a un lado su orgullo, su tener o no tener razón y el día de tu cumpleaños, te manda felicitar o cualquier detalle que se le parezca o al menos creo yo, que hay ciertas situaciones en las que el amor debería estar por delante del orgullo, por más equivocada que esté la otra persona, pero en el caso de mi papá, le fue más importante todo lo demás, es como si me mandara el mensaje de que su amor está condiconado: si te portas bien, si te hablo en tu cumpleaños, sino, no te lo mereces y te castigo con mi silencio. Y luego sus palabras una semana después, es como si fueran una manera de
decirme que no es suficiente con lo que yo soy para que me amen.
Así que mis padres, aunque me aman, a veces no saben cómo hacerle, y los comprendo, pues yo misma no lo hago. Simplemente, no me había dado cuenta que ellos tampoco saben amar muchas veces, que no me lo pudieron enseñar cuando fui niña y que en parte por eso he tenido experiencias dolorasas. No los culpo, creo que han hecho lo mejor que han podido a su manera, pero si me ha causado una gran sorpresa el darme cuenta que ellos tampoco saben, aún con sus hijos.
No estoy molesta por todo esto, sí se me salieron una lágrimas con lo que mi papá me dijo, pero creo que los comprendo, uno a veces no sabe y sin saber lastima a los demás. Ellos lo han hecho conmigo y yo con ellos, pero uno trata de hacer lo mejor que puede. Ahora he comprendido que cuando el "amor duele", no es amor, sino ausencia de él, porque el ego se apodera de nosotros y no nos damos cuenta de lo que decimos, de lo que hacemos, pero si lo vemos más claramente, comprenderemos que nadie quiere lastimarnos realmente, tan sólo ignoramos cómo amar.