lunes, 17 de agosto de 2015

Padres e hijos

Tenía la idea de que mis padres, por el hecho de serlo, me amaban. Y sigo creyendo que es así, es sólo que el hecho de que ellos sean quienes me dieron vida y que vengo de una parte de cada uno de ellos, no significa que ya sean superpoderosos.
A lo que me refiero, es que el hecho de ser padre, no te convierte en una persona que sabe amar a sus hijos. No digo que no lo hagan, claro que lo hacen, pero muchas veces no saben cómo hacerlo.
El otro día estábamos en la misma habitación mi mamá y yo, cada una en sus ondas, hacía un calor insoportable y creo que en parte por eso, había varios mosquitos rondandonos. De repente mi mamá me dice que los mosquitos se deberían de ir para conmigo y picarme a mi. Me quede filosofando sobre esa frase y le pregunte tranquilamente que por qué deberían picarme, a lo que me respondió que era porque a ella ya le habían picado bastante. 
A lo que voy con esto, es que cuando amas, a ti mismo y de la misma manera a los otros, no tienes una preferencia porque un zancudo le pique a esa otra persona y no a ti, no deseas que ese zancudo le pique a la otra persona y mucho menos cuando a ti ya te ha picado y te ha dado comenzón o cierta incomodidad. Con esto no pretendo ponerme toda dramática y decir que mi madre no me ama, es sólo que simplemente comprendí que no era consciente de lo que decía. Quizá puede parecer un acto muy simple, pues un mosquito a los más que te hace es una simple comezón en la piel, pero me refiero al hecho de ser egoísta, cuando podemos buscar el bien común y poner un aromatizante para que se vayan los zancudos y así no le pican ni a ella ni a mi.
Más recientemente la lección vino de parte de mi papá: hace unos días me molesté con él, le dije algunas cosas, pero creo yo todo con tranquilidad y me fui a mi casa, en esto no quiero hablar de los detalles. Al día después fue mi cumpleaños, y no me llamó, ni una felicitación, ni un nada. Me quedé tranquila, pues no me arrepiento de lo que le dije y no creo que lo hubiera ofendido, simplemente le decía sobre algunos cambios que debería hacer en su vida, para que tenga salud. Una semana después le llamé, pues sé que si yo no lo hago, él no lo iba a hacer. En su llamada me dijo varias cosas, algunas me hicieron sentir mal, sabe darme donde más me duele: ahora entiendo por qué estás sola, porque nunca vas a tener amigos, nunca vas a tener a un novio que te aguante y otras palabras más. 
No me interesó ponerme a discuitr con él sobre estas cosas y otras más que me dijo. Tampoco me interesa si tiene razón él o si la tengo yo, solamente lo escuchaba y es que como dicen, a veces es mejor tener paz que tener razón.
Y aquí a lo que me refiero es que si bien mis rollos mentales pues son míos, cómo y por qúe los tengo no es punto ahorita. Es sólo que creo que un padre que te sabe amar, deja a un lado su orgullo, su tener o no tener razón y el día de tu cumpleaños, te manda felicitar o cualquier detalle que se le parezca o al menos creo yo, que hay ciertas situaciones en las que el amor debería estar por delante del orgullo, por más equivocada que esté la otra persona, pero en el caso de mi papá, le fue más importante todo lo demás, es como si me mandara el mensaje de que su amor está condiconado: si te portas bien, si te hablo en tu cumpleaños, sino, no te lo mereces y te castigo con mi silencio. Y luego sus palabras una semana después, es como si fueran una manera de 
decirme que no es suficiente con lo que yo soy para que me amen. 
Así que mis padres, aunque me aman, a veces no saben cómo hacerle, y los comprendo, pues yo misma no lo hago. Simplemente, no me había dado cuenta que ellos tampoco saben amar muchas veces, que no me lo pudieron enseñar cuando fui niña y que en parte por eso he tenido experiencias dolorasas. No los culpo, creo que han hecho lo mejor que han podido a su manera, pero si me ha causado una gran sorpresa el darme cuenta que ellos tampoco saben, aún con sus hijos.
No estoy molesta por todo esto, sí se me salieron una lágrimas con lo que mi papá me dijo, pero creo que los comprendo, uno a veces no sabe y sin saber lastima a los demás. Ellos lo han hecho conmigo y yo con ellos, pero uno trata de hacer lo mejor que puede. Ahora he comprendido que cuando el "amor duele", no es amor, sino ausencia de él, porque el ego se apodera de nosotros y no nos damos cuenta de lo que decimos, de lo que hacemos, pero si lo vemos más claramente, comprenderemos que nadie quiere lastimarnos realmente, tan sólo ignoramos cómo amar.









viernes, 14 de agosto de 2015

Reflexiones de mi existencia

Me considero una persona que ha sufrido mucho y que la mayor parte de mi tiempo la paso triste, desganada y deprimida. 
Cuando algo doloroso llega a mi vida, me duele intensamente, quizá mucho más que a una persona que se consideraría normal. Me atrevo a hacer esta comparación porque durante mis depresiones busco mucho, por todos lados y me entero de casos similares a los míos, pero las personas parecen tomarlo con otra actitud, dar pronto vuelta a la página y continuar con sus vidas, siendo agradecidas por el aprendizaje que esa experiencia dejó en sus vidas. A mi eso no me ocurre, yo le doy vueltas y vueltas al asunto y lo sufro y lo sufro. Y pues está bien, cada quien a su modo, a su tiempo, va soltando sus problemas.
Esta semana la he pasado mal: cinco días encerrada en mi casa, viendo películas y acostada en mi cama. Sin ganas de nada, más que las de entretener en algo mi mente para que la depresión no me alcance. Queriendo encontrar en los libros, algo que me saque esta sensación de vacío, pero sin encontrar esa varita mágica, esa frase que cambie tu vida.
Ahora escribiré sobre las cosas que me he dado cuenta estos días:
No puedes controlar las situaciones a tu favor, creemos tener cierto control, pero es una ilusión. 
A veces tenemos cierto control sobre nosotros mismos, pero no sé que tan benéfico sea esto.
Lo que está pasando justo en este momento, es mejor no tratar de cambiarlo y mejor aceptarlo. Desde lo que pasa en tu interior, en tu mente, en tu vida alrededor, el como está tu caso, lo que están diciendo en estos momentos tus familiares, los carros que van pasando por la calle, hasta cosas, personas y situaciones más lejanas, como las decisiones políticas, las finanzas, la bolsa, el vuelo de un avión, el canto de un pájaro, el aleteo de una mariposa, el movimiento de rotación y traslación de la tierra...Todo absolutamente todo lo que esta ocurriendo en este segundo, desde mi interior hasta el último rincón del espacio, del universo, pues así está y se siento un gran alivio el poder aceptarlo y darte cuenta de ello, en lugar de querer controlar lo más mínimo de la existencia.
Sé también que hay cambios que puedo hacer y otros que no, por más que lo intente.
Que en mi vida no pasaran todas las cosas que a mi me gustarían, pero hay otras que sí me gustan.
Que tengo un poder limitado, pero que el universo puede hacer lo que quiera. Que de todo lo que ocurre, muchas cosas nunca me van a gustar, pero no puedo hacer nada para cambiarlo. Que nunca voy a llegar a enteder o a comprender el  porqué y para qué de ciertas cosas, pero que las cosas, personas o situaciones, son así, tal cual están ocurriendo y hay que dejarlas que sean.
Que en lugar de luchar, desgastarme, esforzarme contra la corriente, es más fácil cuando simplemente me rindo ante todo, sin que por ello me llegue a sentir humillada o una víctima.
Que es mejor que ame la vida, antes de querer cambiarla o entenderla, porque por ahí, ya lo he intentado y me lleno de conflictos.
Y que por todo esto, lo único valioso que me queda por hacer es el amor incondicional.
Amar a la vida sin condiciones, porque muchas cosas de ella no me gustan, no estoy de acuerdo, me hieren y lastiman, pero si el amor incondicional habita en mí, entonces puedo amar a la vida, con todo lo feo que ella pueda traer.
Que para vivir el amor incondiconal, no basta con proponértelo, que no vas a encontrar una frase mágica que un día cambie tu vida y a partir de ahí ya no hay más por hacer. Pues si realmente has de querer vivir diferente, amar incondicionalmente, tendrás que hacerlo a cada segundo de tu vida, cuidarlo y propiciarlo tu mismo, no es algo que aparece en tu vida tan sólo por desearlo.
Y sobre todo que el amor incondicional, es el único amor de verdad, es lo que te salva.




miércoles, 12 de agosto de 2015

"La acción sin más propósito que ella misma"

Siento como si mi pecho se abriera enormemente, con una gran amplitud y a la vez una gran profundidad, como si se expandiea. Es el chacra del corazón que por fin se abrió después de estar tanto tiempo tan cerrado. Es algo muy bello sentirlo así de abierto.

El otro día pasó una situación con mi papá que me llenó de desesperación e impotencia. Cuando pasó lo de él, sentía algo parecido, es como tener agua entre tus manos y no poder hacer algo para que no escurra. O más simplemente dicho: es una búsqueda que me ha dejado exhausta porque no puedo tener el control de las situaciones.

Esto es algo que ya lo había pensado muchas otras veces, pero no fue sino hasta este domingo pasado que fui más consciente de lo que ello significa. Y es que realmente no puedo controlar, ni a las personas ni a las circunstancias. Lo he intentado incoscientemente como un mecanismo de defensa, porque he sentido miedo, de estar sola, de la vida, de no poder ser feliz si no pasa esto o aquello o si pasa esto o aquello, miedo a que no me amen, a que me rechacen, es por eso, no lo he hecho con una mala intención sobre los demás. Es sólo que no me daba cuenta que eso era un acto egoísta de mi parte y una falta de respeto hacia la libertad de los demás. Quizá en varias ocasiones el hecho de que haya intentado cambiar a alguien o a alguna circunstancia era por un verdadero beneficioso para esa persona o realmente hubiera solucionado una situación, un problema, pero aún con todas las buenas intenciones, cada quien vive lo que tiene que vivir y nadie cambia más que por su propia voluntad o mejor dicho porque le nace del corazón.

Ahora así me siento con él. No voy a negar que a veces mi mente hace ruido y me lleno con muchas ilusiones, pero sinceramente, lo que más estoy procurando traer a mi vida es el amor verdadero, el incondicional y me hace muy feliz, me llena de alegría poder vivir eso dentro de mí y poder verlo en acción hacia él, ya sea con mi silencio o lo que sea que la vida me presente.

Me he encontrado con un término muy hermoso, creo que es del taoísmo: "Wu Wei", es algo complicado de explicar quizá, además de que no soy estudiosa de esa filosofía, pero me resonó en mi interior una explicación que encontré sobre el crecimiento de una flor, o la naturaleza del agua. Y es que simplemente dejas que todo sea, sin intervenir, sin hacer esfuerzo. Eso esta genial, porque no te desgastas, dejas de querer controlar al mundo, de querer intervenir para conseguir algo a tu favor.

Y ese Wu Wei, me lo imagino como una sustancia invisible, o como un hilo que se enreda en todo, que nos envuelve a todos, a lo vivo y a lo no vivo, por eso las plantas crecen, la lluvia cae, los planetas giran alrededor del sol, las células se dividen y el amor habita dentro de mí. Y justo en este momento, todo lo que esta ocurriendo, ocurre y no se puede controlar, el hilo anda por ahí.