Creo que yo al igual que, me atreveria a decir todas las personas, he estado la mayor parte de mi vida en busca de algo. A veces mi mente cree tener tanta fuerza para buscar que se de una situación en específico que pareciera que nunca se cansa, que nunca se va a rendir, no importa el mucho sufrimiento que ese aferramiento a la causa traiga consigo, ella persiste. Pero vivir así es muy cansado. Ayer me sentí mal por un momento, bueno un largo momento y me llegué a sentir tan desesperada por no poder controlar que una situación se diera como yo quería, que no podía con la ansiedad y el sufrimiento que había en mi vida, que quería terminar con ellos de una vez, antes de que ellos terminaran conmigo.
Y sí, me dije: -N, si sigues así, va a llegar el día en que ya no puedas más con tu vida y tomarás la decisión de acabar con ella porque ya no sabrás qué hacer con la misma. Eso me asustó, el pensar que llegue el momento en que me sienta tan perdida que mejor me suicide.
Y entonces lo que siguió es volver a los libros o a cualquier otra fuente que me pudiera ayudar para soportar el peso de mi vida. De una vida que me parece tan ordinaria y llena de cosas negativas, que en definitiva no me agrada vivirla así como es ahora. Entonces en la noche me estuve repitiendo a modo casi de mantra, que Yo, N, amo mi vida. Sí, quise que ya no me importara más nada, no más teorías, no más espera a que las cosas sean diferentes, a que sean extraordinaras, simplemente me cansé, no habia querido rendirme porque sólo de pensarlo ya me sentía humillada por la propia vida, pero ya no me importó. Es que ya nada más quiero amar mi vida, no importa lo terrible y cotidiana que me parezca, al final de eso se trata el amor: de dar espacio para que todo, absolutamente todo sea, y olvidarnos si nos gusta o no.
Con eso en mente me dormí y con eso en mente me desperté. Y hoy mientras caminaba a tomar el camión veía parte de la ropa que traigo puesta: un suéter negro que una tía me regalo de navidad y me puse un collar que me parece muy hermoso de un colibrí muy colorido comiendo miel de una rosa. El dije resalta mucho, porque aunque es chiquito, el fondo negro del suéter le hace el favor. Y lo que pensaba al respecto es que ese colibrí es como si fuera yo y el fondo negro toda esa etapa oscura que he vivido, pero nada de eso opaca al colibrí, sino que al contrario lo hace más bello y a pesar de lo oscuro que pueda sentir que es el telón de fondo la mayor parte del tiempo, el colibrí sabe que puede estar bajo la tormenta, pero ha decidido amar las cosas tal como son, incluido el fondo del sueter, porque éste tal vez cambie o no de color, pero ya se cansó de esperar.
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